
Obra |
Parque cultural del este
|
---|---|
Alumnos |
Angela Ferrero, María Agustina Nieto, María Belen Pizarro, Seizen Uehara, Lucía Uribe Echavarria
|
Profesores |
Arq. Santiago Canen, Arq. Nahuel Ghezan
|
Institución |
Universidad Nacional de Córdoba
|
La propuesta elige instalarse en un sector deprimido y degradado al este de la ciudad de Córdoba que ha recibido en el pasado cementerios, plantas de residuos y hasta centros de detención clandestinos para redestinarla a un centro cultural que se concibe como lugar de encuentro y de parque. De esta forma, en vez de proponer un edificio compacto, desagrega el programa en un conjunto de torres temáticas de varios niveles, permeables y abiertas, que se articulan para albergar las actividades específicas. Multiplica así la superficie de parque, de lugares de encuentro, al tiempo que entrega diversos espacios públicos de uso común, algunos más estructurados que otros (por ejemplo las graderías). La estrategia de las torres separadas aliviana el parque, airea el espacio público y permite espacios interiores bien ventilados, iluminados y sombreados que se complementan con cubiertas colectoras de aguas lluvias- Todo ello hace al conjunto relacionarse eficientemente con el entorno y generar condiciones de habitabilidad adecuadas a la zona de emplazamiento. Es interesante el esfuerzo de reconversión urbana que se propone y la mirada con que se aborda el centro cultural: un parque abierto con equipamientos que lo complementan en el que no falta el espacio para las asaderas, ¡qué mejor lugar de encuentro!
F. Pfenniger
Las ciudades deben posibilitar el encuentro y fomentar el intercambio social. Para tal fin, es necesario redefinir el carácter público de equipamientos e infraestructuras y hacer efectivo el acceso a los servicios y a la educación, construyendo así una cultura de uso del espacio público.
Actualmente, el Área Este de la Ciudad de Córdoba se encuentra seriamente degradada por haber sido históricamente el lugar destinado a emplazar cementerios, plantas de tratamientos de líquidos cloacales, basurales, incluso un centro de detención clandestino durante la dictadura militar argentina. Al mismo tiempo, en este contexto convive gran parte de la población de bajos recursos de la ciudad que carece de servicios básicos.
Emplazar un Centro Cultural en este sector implica entender las lógicas de uso y apropiación de la comunidad que va a hacer uso de él. Es por esto que planteamos a partir de una adaptación tipológica, más que un Centro Cultural, un Parque Cultural que constituye un gran espacio cien por ciento público y que tiene como fin no solo satisfacer las necesidades de las personas de los barrios cercanos si no también ser un punto de revitalización del sector, que abre la posibilidad de transformar el espacio en un punto de encuentro de carácter regional.
En contraposición a un edificio compacto y cerrado que contiene actividades dentro de si mismo, se propone un parque público con torres de infraestructura que se relacionan con su entorno próximo y con los barrios cercanos. Las mismas dotan al espacio exterior de los servicios necesarios para llevar a cabo diferentes actividades. Poseen el soporte en su interior que posibilita su uso como talleres, salas de exposición, baños públicos, instando así a una reflexión acerca del carácter público de los edificios institucionales en el ámbito local.
Exponiendo el programa del edificio hacia el espacio exterior se busca una eficiencia de recursos ya que con el mínimo soporte posible (estructura e infraestructura) se logra que cada torre de infraestructura pueda actuar independientemente o crear un sistema de servicios mayor para contener actividades de mayor porte.
Esta operación permite una gran flexibilidad de uso: un soporte abierto –y repetible— que contempla la variabilidad a lo largo del tiempo y la inestabilidad propia de nuestro contexto.