| Obra |
Refugio de materiales reciclados
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| Arquitectura |
Juan Luis Martínez Nahuel (ICA 10020)
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| Constructora |
Juan Luis Martínez y Miguel Herrera
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| Cliente |
Francisca Boher Elton
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| Ubicación |
Fundo el Depósito, lago Pirihueico, comuna de Panguipulli, Chile.
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| Sup. terreno |
3,8 hectáreas
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| Sup. construida |
56m2 interiores, 56m2 terrazas
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| Materialidad |
Materiales de demolición (vigas laminadas de acero, perfiles de acero, puertas raulí y palmetas de parquet de eucaliptus y raulí)
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La memoria del proyecto es breve, precisa. En pocas palabras sintetiza una mirada integradora que habla del pasado y el presente, una percepción de la historia que la nutre (¿de la arquitectura solamente?) y que el arquitecto re-escribe con esta obra, también breve y precisa. Hay algo intenso y reposado en el proyecto que parece surgir de un hombre que sabe lo que hace, para quien lo hace y con qué lo hace. El paraje pertenece a un lugar encantado en la cordillera de la selva fría del sur de Chile, la selva valdiviana. El propietario recolecta y colecciona materiales usados. El arquitecto los re-ordena, proyecta a partir de ellos. Un refugio esencial que expresa un orden y una voluntad arquitectónica ejemplarmente simple y sensible. Así, construye una plataforma ligeramente elevada que termina en un voladizo sobre la pendiente. Lo hace con vigas IPE recicladas apoyadas en poyos de hormigón aislados. Sobre ella se levanta una estructura de pilares y vigas metálicas también recuperadas. Son dos volúmenes separados que, con un leve giro entre ellos, marcan el acceso: un lugar abierto y cubierto que tiene espacio para la leña. El símbolo de calor y hogar está en la articulación de los espacios públicos y privados del refugio. La cubierta, estructurada con un envigado simple de madera teñida, sobrepasa con holgura el volumen y protege sus muros. Un detalle: la superficie construida es igual a la superficie de terrazas. Todo el frente al lago está definido por puertas recuperadas que se abren en toda su extensión. Piso y revestimientos se ordenan a partir de un patrón que surge de la recuperación de un pavimento de parquet. Hay homenajes encriptados que conmueven y hay, también, un sensible reconocimiento a los que nos anteceden en la arquitectura. Esos materiales recuperados no son anónimos: tienen nombre, apellido y función conocidos que se honran. Las puertas que provienen de un patio interior de una casa urbana de los 60 atienden ahora la mirada de un refugio sobre la naturaleza vigorosa y rebelde del entorno.
F. Pfenniger
La obra se emplaza en una ribera emboscada del Lago Pirihueico ubicado en la Región XIV, Región de los Ríos, a 70km de Panguipulli.
La dificultad de acceso, determinó la constricción de definir el proyecto en partes modulares múltiplos de la carga de un camión pequeño.
La afición y habilidad del mandante por la compra de materiales de demolición, establecieron una serie de elementos a incorporar en la vivienda.
Estos elementos fueron reinterpretados en un nuevo orden:
- Puertas vidriadas de una casa de Horacio Borgheresi, que de un origen de patio interior pasan a ser la fachada principal de la nueva vivienda
- Pisos de parquet de eucaliptus y raulí de una obra de Larraín, Swinburn y Covarrubias, que se transforman en el revestimiento principal
- Vigas laminadas usadas y perfiles de acero comercial de una exposición provisoria, que ahora son los elementos de la estructura principal.
Una vez ya catastrados los nuevos elementos, se definió la vivienda como un volumen de un nivel, con un leve quiebre del eje de la planta que determina el acceso en su articulación, así como la sectorización de dos zonas principales, dependiendo de su grado de publicidad o privacidad.
Las fachadas, aleros y terrazas, se proponen a partir de las orientaciones, tanto de vista como de asoleamiento.
El reciclaje de materiales como nuevo orden de Re-Construcción.
