
Obra |
Tienda Ribags en Valencia
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Arquitectura |
RAUM 41-42
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Diseño |
Quique Zarzo, Ángela Cardiel
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Ubicación |
Valencia, España
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Año |
2017
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Colaboradores |
Marcos Cortés / PROMOTOR: David Rivadulla / TÉCNICOS: Electricidad e Iluminación: David Catalá Ilutrek. Iván Soriano RAUM 41-42 / Albañilería: Felipe Peña / Fontanería:Fluidval / Cerrajería: Automatismos Viciano y Rivera / Pintura: Vicente Martín - Pintumart
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Fotografía |
Daniel Rueda
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Web |
https://www.facebook.com/raum4142/
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La intervención que da cobijo a la tienda Ribags se hace en un local de proporciones alargadas y angostas de un edificio antiguo del centro de Valencia: una construcción de robustos muros de albañilería con entrepisos de bovedillas apoyadas en vigas de madera que a su vez se apoyan en grandes vigones de madera de proporciones fascinantes. La intervención es inteligente y fina. Una fachada de color rabioso se abre a un espacio todo blanco y luminoso. Una ligera estructura de acero de perfiles tubulares de sección cuadrada marcan las aristas que conforman unos módulos perfectamente cúbicos. Instalados libremente (es un decir) en el espacio, desfasados y exentos, estos módulos van dando un orden y una nueva escala dentro del volumen mayor del local. Parece suspendido, casi celeste, percepción que se acrecienta con el uso de planchas traslúcidas en algunos paramentos y cielos. En ese ambiente leve y etéreo cuelgan los sistemas de clima, la distribución eléctricos y las luminarias. Y cuelgan, por supuesto, las mochilas que son la materia de exhibición. Son pocas, se destacan y esta delicadeza se agradece.
F. Pfenniger
El espacio existente no es más que un contenedor, desnudo, con sus propios atributos, dentro del cual buscamos intervenir introduciendo un sistema nuevo, una estructura exenta y autónoma, que genere sus propias “leyes”.
Los módulos de 2.30 x 2.30 x 2.30m que la forman, se desplazan en horizontal uno respecto a otro dando lugar a una nueva variable escalar, en planta y sección, desde la fachada, que altera sus límites para ceder espacio a la ciudad, hasta el patio. Ojalá este sistema creciese hasta el infinito…
Un sistema no terminado a la espera de ser colonizado por el producto estrella, la mochila RIBAGS, que suspendida del bastidor, sale al encuentro del usuario, como colgada a la espalda de cuerpos invisibles.
De esta forma, la mochila se puede ver desde todos sus ángulos, en un giro de 360 grados sobre sí misma, favoreciendo una relación producto-usuario dinámica e interactiva.
Funcionalmente todo está en la mochila. Espacialmente, todo está en el sistema, en la indeterminación y ambigüedad de los espacios, en las diferentes densidades y grados de apertura que la posición de soportes, con diferentes tamaños y secciones, genera.
Plantear y no terminar de definir un espacio implica, para nosotros, apertura de usos y posibilidades del espacio mismo, activado por el usuario, según sus necesidades a lo largo del tiempo.