Centro Urbano Eje de Occidente

Centro Urbano Eje de Occidente

El proyecto que se propone convertir este punto en un foco de actividad urbana supliendo muchas de las necesidades recreativas, deportivas y culturales de la población esperada en la región.
Obra
Centro Urbano Eje de Occidente, proyecto ganador en Colombia del 3º Concurso Ilafa 2010
Alumnos
Daniel Barrero, María de la Torre, Julián Domínguez, Diego Soto.
Profesores
Rafael Villazón, Nicolás Villegas
Institución
Universidad de los Andes
Ubicación
Bogotá, Colombia

Los Alumnos de la Universidad de Los Andes de Colombia fueron los ganadores locales del 3º Concurso Ilafa 2010, con un proyecto de Centro Urbano que busca integrarse al paisaje con un ambisioso programa que prevé el crecimiento de la población y las necesidades de cultura y recreación para sectores rurales de la ciudad  poco conectados con el centro de la capital pero que con dificultad codependen con ella.

Bogotá, la capital de Colombia, es una ciudad que ha venido experimentado un rápido crecimiento en los últimos años. La creciente economía del país así como importantes obras de infraestructura que se encuentran en proceso, convierten la ciudad en un polo de desarrollo que continúa atrayendo a nuevos pobladores. Esta situación presiona de manera significativa a los municipios que rodean la ciudad, pues mucha de esta nueva población, al no estar en capacidad de conseguir vivienda al interior de la ciudad, decide trasladarse a estos municipios, donde el valor de la tierra permite la construcción de vivienda más económica que la disponible en la ciudad.

El crecimiento de la región capital está por lo tanto, estrechamente ligado a lo que sucede en la ciudad: promotores inmobiliarios se apoyan en un supuesto déficit de oferta de suelo, particularmente para vivienda, y en la incapacidad de respuesta de la ciudad, para ofrecer como alternativa la ubicación de vivienda en los municipios cercanos a Bogotá, transformando el suelo rural en nuevo suelo urbano.

Sin embargo, la total desarticulación institucional entre las instancias territoriales encargadas del planeamiento integral de la región, provocan que municipios como Funza, Mosquera y Madrid (hacia el occidente de la capital) corran el riesgo, cada día más evidente, de convertirse en una conurbación desarticulada entre sí, con grandes extensiones de vivienda y sin ningún equipamiento capaz suplir las necesidades de una población que alcanzará los 450.000 habitantes en menos de diez años.

Esta situación ha pasado ya a convertirse en un problema para la población de la región. El costo del transporte, el tiempo de traslado entre la ciudad y estos nuevos suburbios, la incapacidad de la infraestructura local para asumir la carga de esta nueva población y la inexistencia conexiones urbanas entre los municipios y la ciudad, son todos factores que deterioran la calidad de vida no solo de los nuevos habitantes de la región sino también de la población original de estos municipios.

El cambio en el uso rural del suelo, para convertirlo en suelo urbano, muchas veces utilizando un modelo de suburbio americano, genera grandes extensiones de ciudad con usos muy limitados, densidades bajas y serios problemas de conexión.

Tanto los promotores privados como las autoridades locales, escudadas en un momentáneo beneficio, están descuidando la viabilidad futura de la región capital pues se pretende que la misma infraestructura de transporte, educación y recreación con la contaban estos municipios soporte la llegada de esta nueva población.

En entrevistas con habitantes de la zona, estos manifiestan que si bien sus nuevas viviendas se encuentran en buenas condiciones, no cuentan con lugares de recreación adecuados. Estando hoy en el medio del campo, es imposible encontrar instalaciones deportivas abiertas a toda la población. En la zona no se han planeado espacios urbanos. No hay parques, no hay plazas y no hay calles. El comercio es muy limitado y para cualquier actividad de esparcimiento es necesario trasladarse a la ciudad.

Es responsabilidad de la arquitectura preveer esa necesidad y dar una respuesta clara que permita el desarrollo integrado de estos municipios alrededor de un gran nodo de equipamientos. Se requiere una intervención que articule el tejido urbano existente proponiendo la aparición de un tipo de ciudad más amable y coherente con la realidad de esta importante región.

El proyecto es la oportunidad de fundar ese centro urbano y por eso su localización.  Se decide ubicarse en un área rural entre los municipios de Funza y Madrid, pues teniendo en cuenta el futuro desarrollo de la región, el proyecto quedará en la mitad de un tejido urbano de vivienda. Se trata de una gran reserva de espacio público y de recreación que permitirá el correcto desarrollo de la zona. No se trata de criticar de manera pasiva lo que está sucediendo, sino de proponer soluciones y asumir una realidad que responde a variables complejas que necesitan ser analizadas con más atención que la que se les presta el día de hoy.

En este punto confluyen dos de las vías principales de la región, los limites de los municipios y el trazado del ferrocarril, futuro tren de cercanías que conectará la zona con el centro de la ciudad.  La intervención se encuentra entre las actuales cabeceras municipales y quedará en el centro geográfico de lo que será esa nueva ciudad.

El programa que se propone, busca convertir este punto en un foco de actividad urbana supliendo muchas de las necesidades recreativas, deportivas y culturales de la población esperada en la región. El proyecto incluye instalaciones deportivas cubiertas y al aire libre, canchas para diferentes deportes, piscinas, zonas de comercio, una biblioteca publica, espacio para la nueva estación del tren de cercanías, amplias zonas verdes y una gran sitio de encuentro.

El objetivo es crear un parque, una calle y una plaza como elementos que caracterizan el espacio urbano.

La estrategia proyectual utilizada pretende mantener un perfil discreto y respetuoso con el entorno inmediato. Se utilizan taludes y cambios de nivel para mantener bajo el perfil del proyecto y así dar la sensación de amplitud que caracteriza un parque. Los taludes se elevan lentamente para dar cabida a los edificios del proyecto teniendo como única pieza sobresaliente, la cubierta de la plaza. Se decide geometrizar la mayoría de las superficies para permitir la aparición espacios útiles en la cubierta de los edificios más grandes. Se pretende que el parque se perciba desde el exterior del proyecto como una superficie continua que se va elevando pero sin construcciones esparcidas al azar. Es un parque que a su vez es cubierta y mirador del impresionante paisaje que caracteriza la sabana de Bogotá.

Por eso los bordes del proyecto al tomar la forma de taludes muy tendidos que aprovechan la topografía existente del terreno, conforman las áreas deportivas abiertas, al tiempo que protegen el interior de la intervención del ruido y velocidad de las vías. Estos mismos taludes, al avanzar hacia el centro del predio, generan el espacio necesario para ubicar las áreas cubiertas del proyecto, que se organizan a lo largo de dos ejes que se cruzan y atraviesan el predio. Las dos calles resultantes, tienen un perfil que cambia dependiendo de las construcciones que conforman su borde, generando situaciones y escalas muy variadas.  Aquí se ubican los edificios deportivos, el comercio, la estación del tren de cercanías y la plaza. Estas calles no buscan ser corredores de paso rápido de peatones. El trazado de estos componentes del proyecto buscan crear situaciones urbanas más significativas; aparecen ensanchamientos, cambios de escala, cambios de velocidad, espacios duros y blandos que buscan crear lugares de reunión y de paso.

La propuesta se puede dividir en dos grandes bloques: los espacios deportivos-recreativos y los espacios culturales. La manipulación de la topografía así como la manera de disponer cada una de las edificaciones permite el recogimiento y el ensanchamiento del espacio publico dependiendo del tipo de actividad característica de cada componente del programa. Así, el cruce de los ejes, forma el espacio principal del proyecto: La Plaza. Este lugar tiene tres situaciones entrecruzadas; el anfiteatro, el escenario y el jardín.  El anfiteatro, parte cubierta de la plaza, es el lugar de encuentro principal. Se trata de una escalinata semicircular en torno al cruce de las dos calles del proyecto. En eventos especiales podría albergar más de dos mil personas y el resto del tiempo, por encontrarse abierta y conectada con el parque, es el centro del proyecto y espacio principal de reunión. No se busca que se convierta en un auditorio formal, es tan solo un espacio que congrega a sus habitantes y los dirige al cruce de los ejes del proyecto. Con esto se busca exaltar la cotidianidad de la calle como escenario de la vida urbana.

Al otro lado el escenario, se encuentra el jardín. Es un espacio similar al anfiteatro, pero está descubierto y su superficie es blanda. Es la conexión más evidente entre el parque y la plaza. La intervención resulta en una topografía construida a partir de grandes pliegues y superficies transitables donde el parque se extiende por encima de las construcciones que dan forma a la calle y a la plaza.

Este proyecto es posible gracias al acero. Se trata de un material de construcción versátil y eficiente, capaz de vencer las grandes luces estructurales que requieren los usos propuestos, además de soportar los considerables esfuerzos a los que se debe someter una estructura transitable, con secciones mucho menores a las que resultarían si se utilizara cualquier otro material.

Con el propósito estandarizar el proceso de fabricación y montaje de la estructura, se utilizan secciones estructurales iguales para usos similares, se configuran grandes pórticos de acero que vencen luces entre diez y setenta metros como estructura principal de soporte. Para rigidizar el sistema, aparecen en el plano de cubierta una serie de vigas pre-esforzadas con cables que mantienen estable la estructura, vencen la luz entre pórticos principales y reciben el sistema de cubierta verde que conforma el parque. Todas las uniones entre elementos son articuladas con el propósito de reducir los esfuerzos de giro transmitidos a los pórticos principales y optimizar el uso del material.

El plano de fachada de los edificios se encuentra retrocedido del plano estructural y así conformar un espacio de transición entre la plaza y el interior de los edificios. De esta manera la estructura es protagonista en la plaza así como la vegetación caracteriza el parque y se integra con el paisaje. La fachada está construida en vidrio y montada sobre una subestructura en acero de columnas muy delgadas y tensores que permiten mantener la vista desde el interior de los edificios lo más despejada posible.

Las fachadas laterales de los edificios son también en acero. Se trata de paneles micro-perforado de acero que crean un contraste y una transición entre la superficie verde del parque, la estructura en acero y la superficie dura de las calles y la plaza.

Este proyecto es lugar de reunión, es calle, teatro, gente y jardín. Es plaza y es parque. Es sobre todo, una oportunidad de organizar un territorio que de otra manera seguirá creciendo sin control y sin las estructuras implícitas que deben gobernar las relaciones entre el territorio, la ciudad y sus habitantes.

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