| Obra |
Pabellón Ávila
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| Arquitectura |
COTAPAREDES Arquitectos
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| Ubicación |
El Zapote, Jalisco, México
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| Año |
2018
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| Colaboradores |
Alejandro González Darío Bravo
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| Sup. construida |
400,3m2
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| Fotografía |
Arq. Cesar Béjar http://www.cesarbejarstudio.com/
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| Web |
www.cotaparedes.com
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Completando una edificación más tradicional, el pabellón se sitúa en un jardín privado con la intención de albergar diversas actividades para hasta 200 personas siendo, en el extremo de lo posible, respetuoso de la preexistencia. La posición que asume el proyecto es de situar una estructura muy ligera de columnas huecas de sección cuadrada (PTR) que reciben cerchas de dos aguas de diferente desarrollo, generando un desfase que fortalece la ventilación. Enteramente pintada de blanco –incluida la chapa de cubierta- la estructura realza su esbeltez y ligereza, quedando confinada por dos cuerpos de albañilería también pintada de blanco intenso. Éstos reciben los baños y servicio complementarios a la función del pabellón. Grandes aleros en voladizo protegen el área circundante del edificio. Un edificio que se convierte en una síntesis extrema muy coherente con el propósito inicial y se sitúa prístino en el jardín.
F. Pfenniger
El proyecto se emplaza en el jardín de una casa de descanso en las afueras de la ciudad de Guadalajara Jalisco.
El edificio debía funcionar para albergar eventos de distintos propósitos, con una capacidad para 200 personas.
Al contar el terreno con una casa y una terraza de arquitectura tradicional, el Pabellón debía buscar ser lo más respetuoso del entorno en lo posible y al mismo tiempo ser eficiente con los recursos para facilitar su ejecución, por lo cual se moduló la estructura utilizando las medidas estándar de los materiales a utilizar como fueron el acero, aluminio, cristal y la cubierta de lámina.
La estructura se moduló a 3mts, utilizando columnas tipo PTR donde descansan las armaduras que le dan forma a la cubierta. Para hacer que el viento circule libremente por el espacio, generamos un desfase en las cubiertas, lo cual también nos ayuda para la acústica. La superficie más grande del techo queda orientada hacia el norte y la más pequeña hacia el sur. La cubierta vuela 1.5m hacia los costados para proteger del exceso de iluminación además de que genera un “engawa” donde el usuario puede recorrer el pabellón y admirar los jardines quedando “protegido” por la arquitectura.
Para generar los accesos, se diseñaron dos piezas estereotómicas que resuelven los servicios de cocina y baños y al mismo tiempo le dan un carácter formal distinto de los laterales que busca ser lo más transparente posible para integrarse con el jardín.
La estética de los accesos queda enmarcada por el juego de desfase de las cubiertas hechas de lámina acanalada blanca preparada para reflejar el calor en lo posible.
