Arquitectura en acero

El Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile ha abierto un formato de postulación a proyectos de Vivienda Social que aspira a dar respuesta a las situaciones de allegamiento (cohousing) que existen en el país, construyendo pequeños grupos habitacionales o condominios (de dos o tres viviendas hacia arriba) en terrenos también pequeños. Por distintas razones, este programa ha tenido un uso muy limitado. La estadística reciente (encuesta CASEN 2017) ha llamado la atención porque muestra que han aumentado en los últimos años en forma significativa los hogares con allegamiento (300.000 – 60,3%) y núcleos secundarios hacinados (150.000 – 31,1%) en comparación con las viviendas irrecuperables (casi 43.000- 8,6%). Esta encuesta ha logrado determinar un déficit cuantitativo de viviendas en Chile cercano a las 500.000 unidades. Con este programa se espera poder dar respuesta a una gran cantidad de subsidios no utilizados que permanecen en el sistema que se especula podría deberse a que las personas beneficiadas parecerían privilegiar una buena ubicación (en el pericentro de las ciudades) a irse a los conjuntos de viviendas nuevas de mejor calidad pero situadas en la periferia urbana. De esta manera, conservan sus redes sociales, manteniendo su mejor acceso sus lugares de trabajo, estudio y salud, condiciones que perderían de irse a la periferia. Un estudio reciente de Fundación Vivienda (organización no gubernamental sin fines de lucro vinculada a la Iglesia Católica que ha construido cientos de miles de viviendas de emergencia social y por desastres en Chile en sus más de 50 años de existencia) desarrollada por el geógrafo Juan Correa – analiza esta situación con nutrida información geo-referenciada. Pude atender una presentación del estudio presentada por el arquitecto Felipe Arteaga, director ejecutivo de la Fundación. Entre los hallazgos de los estudios de la Fundación Vivienda se demuestra que los sectores de la ciudad con mejor acceso a Bienes Públicos Urbanos (BPU- acceso a equipamientos públicos de Salud, Educación y Seguridad; acceso al transporte público y acceso a Áreas Verdes) coinciden con las áreas en que se han instalado las sobre 7.000 viviendas de emergencia entregadas por la Fundación Vivienda entre 2013 y 2018 en Santiago: son los sectores de la ciudad pericentrales en que se encuentran en gran medida los casos de allegamiento. Coincidentemente, en dichos sectores se encuentran también muchos terrenos de los programas de lotes de 9x18m de décadas pasadas. Haciendo un catastro de dichos proyectos de lotes de 9 x 18, el estudio de la Fundación Vivienda logra detectar 506 conjuntos, con un total de 176.872 lotes que equivalen a una 3.243há de suelo urbano con un buen o muy buen acceso a BPU. Filtrando según acceso a 3; 4 o todos los BPU, el estudio identifica 83.607 lotes con alta conectividad a BPU y estima que en dichos lotes se podrían construir casi 250.000 soluciones habitacionales si se logra construir hasta 3 pisos en los lotes de 9 x 18m. En este contexto, el grupo CONSOLIDA, liderado por Gabriel Lagos, toma el desafío de sumergirse en la compleja trama de la reglamentación urbana y de construcción y en los programas gubernamentales, como un intento de demostrar que este programa específico es viable y posible de aplicar. Sería largo de tratar de resumir aquí las complejidades técnicas y administrativas que ha tenido que enfrentar el proyecto que presentamos, pero tuve oportunidad de escuchar la presentación de este proyecto a Gabriel Lagos y, créanme, no son pocas. Sin embargo, ahí está el primer ejemplar construido en base a una estructura de acero y respondiendo a todas y cada una de las restricciones que la reglamentación dispone. El esfuerzo de gestión, proyecto y construcción es notable, como lo es también, el resultado. Es de esperar que esta iniciativa estimule nuevos emprendimientos que permitan regenerar el tejido urbano, densificando la ciudad sin extenderla y proveyendo vivienda de mejor calidad, que responda a los exigentes estándares de habitabilidad y seguridad de la construcción en Chile. El proyecto que presentamos es un significativo aporte a la discusión del mejoramiento cualitativo de la vivienda social en Chile y, si la industria (y en particular la del acero) responde al desafío, puede llegar a ser una respuesta también a los desafíos cuantitativos que el país (como muchos otros en la Región) requiere. Industrializar soluciones para aplicarlas a pequeña escala, con sistemas, métodos y soluciones constructivas adaptables a distintas condiciones, respetuosas del medio ambiente, de fácil y rápido montaje ofreciendo las mejores condiciones de habitabilidad que puedan ser aplicadas por pequeños y/o micro emprendedores y gestores de vivienda social es, como se ve, un gran mercado aún por explorar. Está ahí.

Francis Pfenniger