Unidad educativa de uso comunitario, Brasil, 1º lugar 5º Concurso ALACERO

Unidad educativa de uso comunitario, Brasil, 1º lugar 5º Concurso ALACERO

Cuando se consigue una sinergia entre escuela y entorno inmediato de una forma en la que la escuela complementa al barrio, generan un centro de convergencia de intereses de la comunidad. Que la ciudad fluya por el espacio llenándolo de vida.
Obra
Unidad educativa de uso comunitario, 1º Lugar 5º Concurso ALACERO, Brasil
Alumnos
Maocir Zancopé Junior, Danilo Alberto Menon, Lucas Fuson y Vitor Jun Takahashi
Profesores
Paulo César Braga Pacheco, Madianita Nuines da Silva y Carlos Alberto Adao
Institución
Universidad Federal do Paraná, Brasil.

Comencemos por las escuelas, es la cita inicial de Lina Bo Bardi con que se inicia la memoria del proyecto ganador del 5° Concurso ALACERO de diseño para estudiantes de arquitectura, desarrollado por los alumnos de la Universidad Federal do Paraná, Brasil, Maocir Zancopé Junior, Danilo Alberto Menon, Lucas Fuson y Vitor Jun Takahashi, dirigidos por los profesores Paulo César Braga Pacheco, Madianita Nuines da Silva y Carlos Alberto Adao. El texto citado, un artículo de 1954, destaca la capacidad de evocadora y formadora del carácter que tienen los espacios educativos. A la luz de ello, el proyecto se propone explorar la memoria temporal espacial de la escuela y sus impli­caciones en el proyecto arquitectónico. El proyecto, ubicado en la ciudad de Curitiba, aborda el encargo a partir de las recordaciones propias de los arquitectos asumiendo el hecho cierto de que la obra ha de generar recuerdos propios en los futuros estudiantes. Haciéndose responsables de ello, los autores se posicionan con humildad en un punto de partida -más bien una perspectiva- sensible, cuidadosa y honesta que nutre su propia mirada sobre el proyecto. Hay un aire horizontal en esta mirada, hay una proximidad y cercanía que parece descubrirse en este esfuerzo de mirar el proyecto desde el recuerdo futuro de los otros. Esa perspectiva luego se asienta en el lugar, el proyecto claramente se mira desde el barrio y así se entiende. Emplazado en un barrio de borde de Curitiba, el Centro Educativo de uso Comunitario, opta por un orden y una escala que responden a la condición del lugar: un espacio urbano enfrenta la calle, un parque lineal bordea el afluente del río. Entre ellos el edificio principal que alberga las aulas está parcialmente elevado sobre el terreno relaciona ambos espacios y elimina la condición de borde que típicamente segrega los edificios educacionales del entorno inmediato. Los recintos compartidos con la comunidad como el gimnasio o la biblioteca, se sitúan en el plano del terreno. El orden propuesto en planta, la disposición de los volúmenes en el espacio, la estrategia de suspenderlos parcialmente sobre el terreno y aún la escala de la intervención contrastan con el orden y el grano el entorno pero no lo ofenden. Por el contrario, honran la memoria futura que puede intuirse. Hay que destacar la claridad estructural de la solución y la resolución de los aspectos constructivos: hay una comprensión profunda de lo proyectado y un nivel de desarrollo muy profesional. El proyecto honra lo mejor de la arquitectura del Brasil. 

F. Pfenniger

Introducción

“Comencemos pelas escolas” (Comencemos por las escuelas), De esta manera Lina Bo Bardi inicia su breve reflexión sobre las escuelas en la editorial de la revista Habitat Nº4, en 1956. Como era de esperar, los argumentos de la arquitectura, entre otros puntos, evocan a la memoria del espacio y tiempo escolar, presente en cada uno de nosotros como una parte esencial de la formación del carácter y, como en este tiempo y espacio, nos acompaña durante toda la vida. No importa analizar los argumentos restantes de la editorial, el punto a explorar aquí es precisamente la memoria temporal espacial de la escuela y sus implicaciones en el proyecto arquitectónico. Al recordar esta etapa escolar ¿Cómo son los espacios, texturas y colores que rodean a estos recuerdos? Al proponer estos recuerdos de la escuela, el arquitecto debe tener la capacidad de conciliar las cuestiones inherentes a la arquitectura (flujos, tecnología, confort ambiental, etc.) con los problemas psicológicos y pedagógicos de este espacio. La escuela, en este sentido, se convierte no solamente en un espacio donde aprender, sino también un espacio a ser aprehendido. La multiplicidad de espacios, diferentes niveles, superposiciones y variaciones de luminosidad, entonces forman parte de los descubrimientos y aprendizajes de esta fase de la vida, como afirmó el arquitecto Hélio Duarte “la arquitectura es también una manera de enseñar”.

Elección del lugar

Pocos son los contextos urbanos en que la escuela no es bienvenida. Sin embargo, cuando se consigue una sinergia entre escuela y entorno inmediato de una forma en la que la escuela complementa al barrio, no solo en cuanto al número de vacantes disponibles, sino más bien por su ocupación y usos complementarios que generan un centro de convergencia de intereses de la comunidad. Que la ciudad fluya por el espacio llenándolo de vida.

La acción de intervenir en ese contexto urbano, presupone una búsqueda de la mayor interpretación de los aspectos históricos, sociales y espaciales que participan en la dinámica de la construcción. El predio urbano aquí propuesto, entonces, parte de tratar de entender los límites y transposiciones que implican la metrópoli en cuestión y su realidad periférica. Situado en la parte oriental de Curitiba, a pocos metros de las fronteras políticas y geográficas de la capital, el terreno de 20.148m2, actualmente un vacío urbano, está en los límites de la ciudad, de los arroyos afluentes al río Atuba y de la sociedad. Una comunidad que resulta en una dinámica urbana que era común en las principales ciudades de Brasil, que centrifuga los predios más pobres de la población a los márgenes. Desde la década de 1960, con la agricultura extensiva (latifundios) los pequeños productores se han visto obligados a emigrar a los grndes centros urbanos. Pero el control del uso del suelo urbano hecho en las grandes ciudades como Curitiba, lo encareció mucho y ha restringido el área en que esta población podría instalarse. Por eso, en paralelo al crecimiento de Curitiba, se desarrollaron, en su margen, centros urbanos carentes de oportunidades, de servicios y apoyo. Este proceso se reforzó más tarde , con la instalación de diversas industrias, ayudados por el poder público, que alentó a más familias a migrar a estas zonas que forman un proceso extremadamente rápido y sin ningún tipo de planificación, convirtiéndose comúnmente, en áreas violentas de poca salubridad y legibilidad. En este contexto, la presencia del estado se torna aún más esencial en el sentido de proporcionar servicios básicos (educación, salud, vivienda, cultura, saneamiento, etc.) más allá de la infraestructura. La construcción de estas instalaciones con el objetivo de satisfacer estas carencias tiene potenciada su importancia, es decir, cuanto más pobre y limitado es el contexto social, mayor es el efecto de la arquitectura.

Parido arquitectónico y organización general

La definición programática, así como la escala del edificio, inician el proceso de organización territorial en una búsqueda por la inserción del objeto arquitectónico en el paisaje, de manera que no interfiera en lo que respecta a la ocupación, a las escalas de los edificios, pero si al uso de espacio por la comunidad.

La interacción entre lo existente y lo nuevo se torna, entonces, discreta y simultáneamente expresiva en el sentido de lugar. Este significado logra, principalmente, por la caracterización distinta de dos grandes áreas separadas por el cuerpo principal del edificio una gran tira orientada predominantemente hacia el norte y por la relación topográfica creada. En el primer caso, las áreas se definen casi de manera natural, mientras que bordea un afluente del río Atuba y asume su condición ambiental implantándose como un parque lineal donde se distribuyen canchas deportivas e instalaciones que fomenten los deportes y el ocio.

La otra gran área se extiende paralela a la calle y se propone como una gran plaza urbana, un lugar para encuentros, eventos, etc. La topografía, a su vez, influye en las relaciones de lo público y lo privado, como una forma sutil de establecer un centro de acceso al liberar grandes zonas de la parcela. La excavación de 2,5m de profundidad, permite también la incorporación de algunas áreas del programa, como parte de la biblioteca, baños, casino, estacionamiento para bicicletas, cancha polideportiva (ésta, en la cota -5) además de ser el gran patio de recreo. La cantidad de espacio es influenciada además, p0or la protección a los vientos y al ruido externo.

Planos: 

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