
Obra |
Spiky
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Arquitectura |
SO – IL
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Ubicación |
Beijing, China
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Año |
2013
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Equipo de diseño |
Florian Idenburg, Jing Liu, Ilias Papageorgiou, Iannis Kandyliaris, Nile Greenberg, Tianci Han, Dichen Ding
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Sup. construida |
100m²
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Materialidad |
Acero desplegado
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Fotografía |
So-il
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Web |
so-il.org
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El proyecto reconoce su posición en la zona ambigua entre una instalación de arte y la edificación, lo que sólo pone en evidencia una cuestión históricamente discutida que no queremos agitar por ahora. Se trata de una exploración que, con conocimiento de la materia sobre la que trabaja (la chapa de acero) y uno de sus procesos de transformación (la formación del metal desplegado) logra unos resultados que reinterpretan ciertos objetos plegados de papel (sombrillas, globos, faroles) y se instala como un sombreadero, más bien un sistema de sombreaderos que, cumpliendo su función de cubrir un espacio, abre unas ventanas a nuevas exploraciones que nos parecen sugerentes y estimulantes. El principio del metal desplegado (sobre el que comprometemos un artículo más detallado en próximas ediciones) es que se hace en una chapa de cierto espesor unos cortes, usualmente regulares y paralelos, para luego someter a la plancha a una tracción paralela al plano de forma de que las zonas cortadas se abran formando un rombo y el conjunto se vea como una malla. El espesor de la chapa, la dimensión, cantidad y densidad de los cortes determinan la geometría de la malla, cuyas aplicaciones vemos en escala menor en difusores de estufas, hasta en sistemas de cerramientos y hasta pisos industriales. En el caso de este proyecto hay dos innovaciones que hacen un cambio radical en el resultado. Primero, los cortes en la chapa se hacen a partir de un patrón circular concéntrico y regular. En segundo lugar, la tracción se ejerce en forma perpendicular al plano de la chapa, fijando un punto de presión en el centro de los anillos y permitiendo, de esta forma, una deformación en el eje vertical. Este punto es utilizado luego como punto de apoyo del sistema, de manera que la malla queda traccionada por gravedad. El resultado son estas cúpulas florales que penden de un solo apoyo. La disposición de bordes plegados otorga una cierta rigidez a la plancha en su plano inferior y generan cantos en los que se pueden fijar lateralmente los distintos elementos contiguos. Dos diagonales rigidizan el plano inferior y permiten fijar la posición del mástil y evitar la oscilación del conjunto. Aunque en este caso todas las “cúpulas” son iguales, la altura de la deformación es controlable, lo que permite distintas densidades de la malla. La combinación de éstas, dado que la base cuadrada que le da origen no se modifica, permite una composición que vaya variando en altura, densidad, luz y ventilación a partir de un elemento básico único. De ahí en adelante las posibilidades son múltiples. Por eso también celebramos el proyecto, no sólo por el valor propio que tiene, sino por las múltiples posibilidades que ofrece.
F. Pfenniger
Spiky es un gesto artístico que cae en una zona confusa entre el edificio y el arte. Spiky activa el espacio público urbano del Parque Olímpico de Beijing. A través de su forma de reflexión, esta instalación vuelve a imaginar el papel del arte como un componente en el espacio público. El sistema puede estar compuesto de nueve a veinticinco módulos. La prueba de material condujo a un uso innovador de malla de metal desplegado, que proviene de la región noreste cercana de China. A partir de este producto estándar y económico, SO-IL estudió técnicas y métodos de corte para controlar la geometría de modo que una lámina bidimensional podría convertirse en una forma tridimensional. Spiky enmarca en forma única el mundo que nos rodea, sintiéndose simultáneamente sólido y poroso dependiendo de la perspectiva de los usuarios. Esperamos que esta ambigüedad pueda agitar los pensamientos de sus visitantes y permitirles reflexionar sobre cómo interactuamos con el entorno construido que nos rodea.